Austria arrasa en Eurovisión 2025

Austria conquista Europa con una actuación que hizo historia en Eurovisión 2025

La música tiene el poder de unir, de emocionar, de traspasar fronteras. Y anoche, en Malmö (Suecia), se vivió una de esas noches que quedarán grabadas en la memoria colectiva de toda Europa. Con lágrimas en los ojos, una voz temblorosa pero firme, y una puesta en escena minimalista pero cargada de alma, Lina Morgenstern, representante de Austria, se coronó como ganadora del Festival de Eurovisión 2025.

El tema, titulado “Regenlied” (Canción de lluvia), es una balada intimista cantada en alemán e inglés, que habla sobre la pérdida, la resiliencia y la belleza que hay en la tristeza. Una canción que, según palabras de la propia Lina, “es mi forma de sanar, y de ayudar a otros a sanar también”.

 

Una canción que nació del dolor… y que emocionó a millones

 

Lo que hizo que “Regenlied” conectara con el público no fue un gran despliegue de luces ni una coreografía imposible. Fue su honestidad. Lina escribió la canción en su habitación, poco después de perder a su madre por una larga enfermedad. “No quería competir, solo necesitaba gritar en silencio”, confesó hace unos días en una entrevista con la ORF, la televisión pública austriaca.

Pero su voz, cargada de sentimiento, fue mucho más potente que cualquier grito. Su interpretación en directo fue simplemente hipnótica. Comenzó sentada frente a un piano, con una luz tenue que simulaba la lluvia cayendo sobre ella. A medida que avanzaba la canción, la escenografía se iluminaba poco a poco, como si el amanecer llegara con cada nota. Sin pirotecnia, sin artificios. Solo ella, su piano y una lluvia de emociones.

 

Una victoria rotunda del jurado… y un golpe de efecto con el televoto

 

Austria ya venía sonando fuerte en las casas de apuestas durante la semana previa a la final. Era favorita de muchos jurados profesionales por su composición compleja y su impecable ejecución vocal. De hecho, alcanzó la segunda posición en la votación del jurado, solo por detrás de Francia.

Pero fue el televoto del público el que cambió todo. Cuando anunciaron los puntos finales y se supo que Austria había recibido 347 puntos del televoto, el estadio explotó en vítores. Lina no pudo contener las lágrimas. Temblaba. Se tapaba la cara con las manos. Había ganado.

Fue una imagen que ya ha dado la vuelta al mundo: una artista humilde, con una canción personal, superando propuestas comerciales, visuales y hasta políticas. Austria, un país que no ganaba desde 2014 (cuando Conchita Wurst hizo historia), volvía a tocar el cielo.

 

Una celebración nacional: Austria entera se paraliza

 

La victoria fue celebrada como un verdadero acontecimiento nacional. En Viena, miles de personas salieron espontáneamente a la calle con banderas, bocinas y pantallas gigantes. “¡No ganamos solo Eurovisión, ganamos un pedacito de esperanza!”, gritaba un joven desde el centro de la capital.

Incluso el presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, publicó un mensaje en X (antiguo Twitter): “Gracias Lina por representar lo mejor de nosotros: sensibilidad, arte, autenticidad. Has hecho historia”. El alcalde de Viena ya ha anunciado que se celebrará una ceremonia oficial para homenajear a la artista y que se iluminarán de violeta (el color de su vestido) algunos de los edificios más emblemáticos.

 

¿Quién es Lina Morgenstern?

 

Tiene 27 años, nació en Graz y estudió composición clásica y musicoterapia. Trabajaba como profesora de piano en una escuela para niños con necesidades especiales. Hasta hace apenas un año, solo cantaba en cafés pequeños y plazas locales. Nunca imaginó que pisaría el escenario más grande de Europa.

Y sin embargo, aquí está. Ganadora. Heroína inesperada de un festival que cada año mezcla espectáculo con emociones genuinas. En palabras de la propia Lina, durante su discurso tras la victoria:

“Dedico esta canción a todos los que han perdido a alguien. Al dolor que callamos, y a las lágrimas que también pueden ser música. Gracias por escucharme”.

 

Lo que viene ahora

 

Austria organizará Eurovisión 2026, muy probablemente en Viena. Pero más allá del evento, lo que queda es la sensación de que este año ganó la verdad. Ganó la música. Ganó una historia humana, sin filtros, sin marketing, sin fórmulas.

Y quizás, después de esta noche, todos entendamos un poco mejor que, como decía la canción… “a veces, en la lluvia, también se puede encontrar la luz”.

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